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MARTES 13 FEBRERO 2018
“Los más violentos tomaron el control y arrastraron al
hombre hasta la columna de concreto que sostiene la canasta de basquetbol”
Un hombre
fue capturado por pobladores de San Gabriel Ometoxtla, en el municipio de Juan
C. Bonilla, lo acusaron de intentar robar en el interior de un domicilio y una
bicicleta a una niña. Lo golpearon hasta dejarlo completamente ensangrentado,
lo amarraron y mantuvieron tirado boca abajo en la plaza pública, donde el
moribundo pedía agua – la cual no le dieron –, después lo colgaron de los pies
en una cesta de basquetbol, de esa manera fue como espiró su último aliento.
Se presume
que al menos dos de sus cómplices lograron escapar y así evadieron tener un fin
similar al de su compañero de fechorías. Las autoridades ya investigan la
identidad de los otros delincuentes.
Según
reportes de autoridades policiales, este hombre fue sorprendido alrededor de
las doce de la tarde de este domingo, cuando, junto con sus cómplices, ingresó
a un domicilio donde intentaron robar, sin embargo, fueron sorprendidos y
entonces emprendieron la huida. Cuando eran perseguidos por un grupo de
pobladores uno de ellos intentó arrebatar una bicicleta a una niña, eso habría
enfurecido aún más a los lugareños, quienes le dieron alcance y lo molieron a
golpes, hasta dejarlo sangrante.
Según
explicaron las mismas fuentes informativas, el probable ladrón viajaba en un
vehículo Nissan, March, color gris, con placas TZV7514 del estado de Puebla, el
cual no cuenta con reporte de robo. Por las identificaciones halladas a bordo,
ese coche es propiedad de una persona originaria de Atlixco, la cual no
corresponde con las características del hombre linchado.
El hombre
acusado de ser un ladrón fue vapuleado por un numeroso grupo de pobladores,
quienes le quitaron los zapatos y no pararon hasta haberlo dejado
ensangrentado. Luego amarraron sus manos a la espalda y lo tiraron pecho a
tierra. La gente formó un círculo en derredor de él en el centro de la plaza
pública y ahí lo mantuvieron tirado pecho tierra durante al menos tres horas.
Durante ese
tiempo el presidente auxiliar, representantes del gobierno del estado y de la
Fiscalía General del Estado (FGE) dialogaron con las personas que lo tenían
retenido, aproximadamente 200 personas. También resguardaban el perímetro
uniformados de los municipios de San Pedro Cholula, San Andrés, San Gregorio
Atzompa, Domingo Arenas y Tlaltenango, entre otros.
Para
entregar al hombre retenido, los pobladores exigieron a las autoridades de ese
municipio “clausurar”, cerrar, un centro nocturno ubicado en las inmediaciones
al cual señalan de ser un polo de atracción de malvivientes y delincuentes.
Además, entre los vecinos corre el rumor de que en ese bar mantienen a “niñas
retenidas contra su voluntad”, aunque eso, presumen, otros pobladores son solo
rumores.
Las autoridades
accedieron a cumplir esa exigencia, es decir clausurar el mencionado bar. Luego
de haber clausurado el lupanar, regresaron para llevarse consigo al hombre que
aún permanecía tendido boca abajo en la plaza pública, frente a la presidencia
y a escasos metros del teatro al aire libre. El hombre solo se quejaba y pedía
agua.
Luego de
haber cumplido con la exigencia de los pobladores, las autoridades pensaron que
la gente respetaría su parte del trato, pero estaban equivocados, la
muchedumbre comenzó a agredirse entre ellos porque no se pusieron de acuerdo en
qué hacer.
Los más
violentos tomaron el control y arrastraron al hombre hasta la columna de
concreto que sostiene la canasta de basquetbol. No tardaron en colgarlo de los
pies, el hombre quedó así durante mucho tiempo, mientras las autoridades
intentaban rescatarlo. De momento dejó de moverse, la gente permitió que
policías lo revisaran y entonces se percataron que había muerto.
Entonces la
gente comenzó a apartarse y la policía acordonó el área donde yacía el cuerpo,
lo descolgaron y los agentes ministeriales realizaron las diligencias del
levantamiento del cadáver, iniciando las investigaciones de rigor.
Entre las
credenciales que encontraron en poder del ahora occiso hallaron una
identificación del INE y una licencia de conducir a nombre de Justo Ricardo
Morales Daniel, quien estaba a punto de cumplir 35 años. Por las
características del hombre que asesinado por la población se presume que se
trata del nombre del finado, quien según las mismas identificaciones sería
vecino de la Trinidad Chiautenco, en el municipio de Cuautlancingo.