NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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LUNES 8 ENERO 2018
DOCTORA
ALIZA
PUBLICADO
EN EMBARAZO Y BEBÉS
No es
un tema ni agradable ni popular, pero la pérdida del embarazo por un aborto
espontáneo es algo que le preocupa y le concierne a cualquier mujer embarazada
o que planea tener un bebé. Hablemos sobre ello para despejar miedos, aclarar
conceptos y para que puedas sentirte mucho más confiada y segura durante esta
maravillosa etapa que es tu embarazo.
Elena
comprobó hace poco que estaba embarazada. ¡Qué alegría sintió! Hacía tiempo que
esperaba una noticia así. Pero después de la emoción y la euforia del
principio, ha comenzado a preocuparse. Ha tenido algunas manchitas y molestias
ligeras en el abdomen. Le aterra la idea de perder su embarazo. Hasta cierto punto, la preocupación de Elena
es normal, ya que ni la más saludable de las mamás tiene garantías absolutas.
Lo mejor que puede hacer es comunicarse estrechamente con su doctor, seguir sus
recomendaciones, cuidarse bien e informarse lo más posible. Para que tú también estés informada, vamos a
conversar sobre la pérdida del embarazo por aborto espontáneo al principio de
la gestación.
¿Qué
es, exactamente un aborto espontáneo o involuntario?
Se le
llama aborto espontáneo a la pérdida del embarazo por causas naturales cuando
se produce en las primeras 20 semanas de la gestación. De un 10 a un 20% de los embarazos detectados
termina en un aborto espontáneo. Este porcentaje no incluye la pérdida de
óvulos fertilizados que no logran implantarse adecuadamente en el útero, a veces
de forma tan temprana que la mujer ni siquiera se da cuenta, y cuando empieza a
sangrar piensa que tiene un período que se ha retrasado un poco o es más
abundante de lo normal.
¿Qué
causa el aborto espontáneo?
El
aborto espontáneo puede suceder por muchas razones, pero una gran cantidad
(entre un 50 y un 70% de los casos) de los que ocurren durante el primer
trimestre del embarazo se deben a problemas genéticos o anormalidades
cromosómicas (en los cromosomas) del óvulo fecundado, o a problemas con el desarrollo
y en la implantación en el útero. Cuando la mujer tiene un aborto espontáneo
por primera vez, casi nunca se hace un análisis completo (se asume que se debe
a lo indicado anteriormente), pero aunque se hiciera, es difícil determinar
exactamente la causa que lo produjo. Ya cuando se llega a las seis semanas de
embarazo, las probabilidades de que ocurra un aborto espontáneo se reducen
significativamente. Pero cuidado, hay
que tener en cuenta otros factores de riesgo. Veamos cuáles son:
La
edad: a partir de los 40 años, la mujer tiene el doble de probabilidades de
sufrir un aborto espontáneo que una de 20, y se debe a que con la edad aumentan
las probabilidades de concebir un bebé con irregularidades cromosómicas, que
son embarazos que se pierden con más facilidad.
El riesgo aumenta con cada embarazo posterior.
Si la
mujer ha tenido más de dos abortos espontáneos seguidos.
Enfermedades
crónicas como una diabetes mal controlada, condiciones del sistema inmunológico
como el lupus, y trastornos hormonales como el síndrome del ovario
poliquístico.
Antecedentes
familiares de defectos de nacimiento o problemas genéticos, tanto por el lado
de la mujer como por el lado del papá.
Infecciones
bacterianas (como la listeria) o de enfermedades como la rubéola, paperas,
sarampión, etc.
Hábitos
como el de fumar, beber o usar drogas.
Uso
de ciertos medicamentos (con o sin receta). Es muy importante que le comuniques
a tu obstetra o al ginecólogo qué medicamentos (o suplementos) tomas.
Obesidad
Ciertos
procedimientos utilizados para diagnóstico (como la amniocentesis).
Si te
quedas embarazada a menos de 3 meses de haber dado a luz, tienes más riesgo de
sufrir un aborto espontáneo.
¿Cómo
puedes saber si se trata de un aborto o el sangrado es algo normal?
El
primer síntoma del aborto espontáneo es precisamente el sangrado o la
hemorragia vaginal, aunque algunas mujeres pueden perder un poco de sangre o
manchan la ropa interior al principio del embarazo sin perderlo. Si se trata de
un aborto espontáneo, por lo general, después de que empieza el sangrado, se
siente dolor en el abdomen, de forma intermitente o persistente, con dolor leve
o más intenso. También se puede sentir dolor y presión en la parte baja de la
espalda. La combinación del sangrado y
el dolor no son señales muy positivas, así que se debe consultar de inmediato
al médico o ir rápidamente a un centro de atención médica. Estos dos síntomas también ocurren en el caso
de un embarazo ectópico (o molar). Esto significa que el óvulo se ha adherido y
se ha ido desarrollando fuera del útero, generalmente en las trompas de
Falopio. Desafortunadamente, ese tipo de
embarazo no puede llegar a término y si no se atiende a tiempo, la madre corre
un gran peligro.
Hay
que ser precavida y actuar a tiempo
Ante
cualquier síntoma fuera de lo común y corriente, o ante cualquier duda, hay que
acudir de inmediato al médico para que
determine qué se debe hacer. Si existe la sospecha de que el dolor y el
sangrado anuncian un embarazo ectópico, el doctor indicará un ultrasonido de
inmediato. Si el ultrasonido no indica
problemas, pero la embarazada continúa teniendo pérdidas, por pequeñas que
sean, necesitará hacerse más pruebas de ultrasonido en las semanas siguientes.
El
doctor también puede indicar otros procedimientos:
a) Si
ya está en el segundo trimestre y el ultrasonido muestra que el cuello del
útero (cérvix), se está abriendo o acortando, el doctor puede recomendar el
cerclaje uterino, que consiste en cerrar el cuello del útero con puntos para
tratar de impedir un aborto o un parto prematuro.
b) Si
el doctor se inclina a pensar que se trata de un posible aborto espontáneo, le
recomendará reposo en cama, pero no hay garantías de que esto lo contenga.
Quizás sugiera además abstenerse de
tener relaciones sexuales mientras se tenga dolor o sangrado. Aunque algunas personas piensen que las
relaciones sexuales pueden causar un aborto, eso no es cierto en un embarazo en
donde todo va bien, pero sí es recomendable que la pareja se abstenga hasta que
todo se normalice.
c) Si
el dolor y el sangrado continúan y empeoran, al punto de que se empieza a
expulsar tejido embrionario (de color grisáceo), placenta y/o coágulos, el
doctor puede recomendar un legrado por succión o una dilatación y raspado. En caso de que se presente una hemorragia muy
grande o señales de infección el doctor recomendará este procedimiento de inmediato,
especialmente si no es el primer aborto de la paciente, para poder analizar el
tejido y confirmar si hay una causa genética.
Después
de terminada la operación, que generalmente se hace de forma ambulatoria (que
no requiere permanecer en el hospital), la mujer puede sentir dolores parecidos
a los dolores menstruales durante uno o dos días. El sangrado continuará por una o dos semanas
y se recomienda el uso de toallas sanitarias (no de tampones). Para aliviar el dolor, se puede usar
ibuprofeno o acetaminofén. No se recomiendan ni las relaciones sexuales (ya que
hay más riesgo de infecciones hasta que no se cierre completamente el cuello
uterino), ni el uso de duchas vaginales, hasta que se detenga el sangrado. Si
éste por el contrario aumenta, al punto de saturar una toalla en una hora, si
aparecen síntomas de infección (fiebre, flujo vaginal u olor desagradable), hay
que buscar ayuda médica rápidamente. Si la hemorragia es muy intensa y la
persona se siente débil, mareada, y con náuseas puede estar en estado de shock
y se necesita atención médica urgentemente. Es necesario llamar al número de
emergencia local o alguien debe llevarla inmediatamente a la sala de
emergencias del hospital más cercano (la mujer no debe conducir un vehículo
ella misma al hospital).
¿Y
después que se puede esperar?
Después
del dolor de una pérdida, algo muy intenso y frustrante, no importa el tiempo
que duró el embarazo, es normal que la mujer se sienta ansiosa y con temor de
que la experiencia se repita de nuevo.
Un solo aborto espontáneo, no significa necesariamente que la mujer o su
pareja tengan ningún problema. Sí se
recomienda que esperen un poco, al menos tres meses, para que se recuperen
física y emocionalmente de la pérdida, antes de volver a intentar otro embarazo.
Cada mujer y cada pareja sobrepasan esta experiencia de diferente manera. Consulten con el doctor y en caso necesario,
busquen un grupo de apoyo o terapia profesional.
Poco
a poco llegará el consuelo y se aceptarán las circunstancias. Y cuando el médico lo indique y la pareja se
sienta segura y decidida, sabrán que ha llegado la hora de probar de nuevo.