NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
INFORMA
INFORMA
NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓN noticiasdeteziutlan@hotmail.com
JUEVES 9 FEBRERO 2017
DOCTORA
ALIZA
POSTED
IN MEDICINA NATURAL
Cuando
pensamos en la canela, lo más común es que se nos pase por la mente un postre,
un té o cualquier antojo que evoque lo dulce y caliente a la vez. De hecho, la
canela es usada en la medicina china para aumentar la temperatura en el cuerpo
y promover el calor, pero su uso va más allá de la cocina y tiene profundas
raíces medicinales desde tiempos ancestrales.
Es
originaria de Sri Lanka, una isla del pacífico muy cerca de India y aunque
actualmente se produce en muchos países de aquella región como India, Malasia,
Indonesia o Myanmar, es todavía su tierra de origen el principal productor y
exportador.
Se
extrae de la corteza de unos arbustos muy aromáticos, es de la misma familia
del laurel y el alcanfor y crece en lugares cálidos.
Su
uso medicinal tiene orígenes muy antiguos, tanto así que aparece en varias
partes de la biblia, se conoce desde hace mucho en la medicina china y ayurveda
(India) y después se extendió por Europa y Occidente.
Tradicionalmente
se ha usado para aliviar trastornos digestivos como diarreas, indigestión,
gases o mal aliento. También se dice que tiene efectos benéficos para
enfermedades respiratorias, pérdida de apetito y molestias menstruales como
cólicos. Las mujeres debemos ser cuidadosas con las cantidades de canela que tomamos
porque se dice que puede ser abortiva.
Se
consume de diferentes maneras, normalmente molida o en trozos para dar sabor a
la comida, pero también en cápsulas, tés, aceites o extractos. Y aunque todo
este tiempo se haya usado con propósitos médicos, poco ha podido comprobar la ciencia sobre sus beneficios para la
salud.
Por
ejemplo, en el caso de la canela cassia (hay varios tipos de canela) por una
parte sí ha demostrado tener efectos positivos para ayudar a controlar la
diabetes tipo 2 y por esto mismo, en muchos casos se receta y se recomienda
para bajar los niveles de azúcar en la sangre; pero por otra parte, los
resultados son preliminares y los investigadores no están seguros de que esos
beneficios sean duraderos.
Esta
idea comenzó en 2003, luego de un estudio que se publicó y tomó auge en los
medios de Estados Unidos, donde se decía que los suplementos de canela
complementaban muy bien los tratamientos contra la diabetes. A raíz de esto
muchos estudios se han hecho, hasta en países como Pakistán y los resultados
han variado: algunos han reportado mayores descensos de la glucosa en la sangre
que otros.
Y
dentro de este debate, se sugiere que la forma de usar la canela para un
tratamiento contra la diabetes tipo 2 es solamente así: complementando a los
medicamentos convencionales. Justamente en la investigación que se realizó en
Pakistán en 2004 encontró que con sólo 1 mg diario de canela en cápsulas
reducía la glucosa, los niveles de lípidos, los triglicéridos, el colesterol e
inclusive la presión arterial alta en pacientes diabéticos.
¿Cómo
se usa? ¿Es seguro usarla?
Una
de las ventajas de usar canela es su bajo costo y que el peligro de
contraindicaciones es relativamente bajo. Al tomarla en pequeñas dosis (máximo
6 gramos diarios por menos de 6 semanas) suele ser segura para la mayoría de
las personas y sólo algunas desarrollan reacciones alérgicas.
La
canela podría interactuar con otros medicamentos que adelgazan la sangre pues
tiene este efecto también, así que debes ser cuidadoso si tienes algún riesgo
de sangrar, por ejemplo, una cirugía en puerta.
No se
recomienda tomarla a largo plazo porque también puede dañar el hígado, sobre
todo si ya estás tomando medicamentos u otro tipo de suplementos que afecten el
hígado. Juntas pueden potencializarse y agravar tu salud.
Por
eso mismo, hay que ser muy precavidos para usarla en el embarazo y lactancia,
ya que no hay muchos estudios que comprueben totalmente su seguridad y, una vez
más, vigilar siempre las reacciones de tu cuerpo si la estás tomando y tienes
diabetes, algún problema de hígado o te vas a someter a una cirugía.
Es
muy importante que no comiences un tratamiento complementario sin alertar antes
a tu doctor y que él o ella sepa qué otros medicamentos estás tomando para saber
si puede o no haber interacciones entre ellos y las dosis o la frecuencia con
que debes seguir tu tratamiento. Recuerda que tu vida es lo más importante y
aunque las plantas parezcan seguras, siempre es mejor tener la opinión de un
experto para tomar mejores decisiones. No te auto mediques.
Actualización
en el 2015 de un artículo originalmente publicado en el 2011.
Imagen
© iStock / Natalia Khlapushyna